El enigma y la pureza de los paisajes de Mayra son el reflejo de una artista consumada en nutrir de colores propios un mundo lleno de entusiasmo y positividad, que repliega la tristeza, el dolor o la angustia de un mundo aparentemente apocalíptico. Sus paisajes son ese espacio que añoramos al cerrar los ojos para olvidar las miserias que circulan en el ser humano, fabricado de cómic, síndromes telúricos y filosofías que castran la dignidad que buscaban esos antepasados embarcados en El Arca de Noé. Con insuperable talento a la hora de dejar trazado sus dibujos, los paisajes, como Nocturno o Archipiélago, nos permiten acariciar esa pureza que presentimos al mirar la noche, al caminar sobre una playa o hacer el amor en medio de una montaña donde no nos interrumpe el sonido de un jet, el discurso de una guerra anunciada en los matutinos o la presencia de la muerte que nos persigue en el metro de una ciudad llena de rencores.

José Rivero García.
Editor, escritor y periodista. Miami.

Mayra Parapar es la armonía. Pintora de esa corriente que damos en llamar naïf, sus obras encarnan una suerte de espíritu universal donde la convivencia no implica nada que pueda distorsionar la paz del lugar. Mientras tanto, elementos mágicos se confunden y conviven a lo largo del lienzo y el mundo construido en los límites del bastidor, extrañando la mente científica de nuestro tiempo sin que la mirada rechace algo que el espíritu idealista quiere aceptar. Colorista exuberante, los tonos intensos de su obra parecen un testamento vital donde la objetividad no es válida por si misma, para sumergirnos en un mundo irreal donde sentirnos gratamente reconfortados.

Fernándo Rincón.
Crítico • El Punto de las Artes, España.

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Mayra, —básicamente colorista, hedonista de los ojos a las manos—, elabora los cuadros con disposición clásica. La búsqueda de la perfección del claroscuro en colores a veces prohibidos por la convención como el enlace posible de verdes y violetas, constituye uno de sus mas evidentes síntomas. Es pintora marcada por propósitos decorativos, pintora que convierte la flora «orgásmica» y la fauna implícita en recursos de una comunicación sensorial y sensitiva bastante intensa. Pintora que se deleita con las gamas atemperadas, y a la vez se exalta con un color ajeno y peregrino, atrevido, que de repente cobra sentido de juego, (verde-rosa o amarillo), no importa, en la equilibrada armonía de los cuadros. MAYRA entra en su universo poético, valiéndose de lo que Lezama Lima llamó, Cultura del Ojo, es decir, de las imágenes de la pintura, de su país y del mundo, de Rousseau o del cubano Moreira, que ha sabido beber y transformar en cosa propia. Sin embargo, los soles de esta pintora —soles-lunas—, funcionan con la misma condición de los ojos del felino, del plumaje del pájaro, de la vegetación que se enrosca o levanta, que vibra como vulva y agrede como falo. Color y placer, artesanía de método y sangre que se desdobla en tonos, casi metálicos, arman la vestidura de su expresión […]

Manuel López Oliva.
Crítico y pintor. Cuba.

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En los cuadros de Mayra domina la sensualidad y la exuberancia de un surrealismo mágico, onírico, vegetal, tropical y, por supuesto, caribeño; ese paisaje que, aunque lejos de la Isla, todos atesoramos en nuestras retinas. Ver los cuadros de Mayra supone revivir un pasado y soñar con el futuro. Su pintura, de factura depurada, es intimista, felizmente femenina, de un admirable equilibrio, y caracterizada por los azules de Varadero, de Guanabo o de Guardalavaca, así como por los verdes de Yumurí, Viñales y Sierra Maestra.

Hosanna Abela.
Especialista. España.

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Mayra a través de paisajes tocados de fuerte sensualidad en los que vaga el espíritu de Rousseau y la poesía de "El Principito" y una concepción de trópicos alucinados donde la luna juega a ser sol, y el sol luna, se percibe el diálogo amoroso de las plantas y un discurso edénico expresado en coloridos luminosamente fuertes y modernos.

Eduardo Luján-Urzaiz
Obras sensuales y fantasía poética. Por Eso! Mérida, Yucatán. México.

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[…] Vibran los colores de la pintura tropical de Mayra, su conceptualización sensual del dibujo y la composición, la calidez de los tonos; verdes vibrantes, morados y azules y bermellones que iluminan la noche y el día del paisaje cubano. Los animales: esos gatos enigmáticos, seres en busca de calor amigo. Felinos verdes que se esconden entre yerbas brumosas. Juego de colores y rumor de agua. Calor. Una experiencia inolvidable. […]

Eduardo Luján-Urzaiz
Por esto! Mérida, Yucatán. México.

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El mundo, gran isla multicolor, el hombre una pequeña ínsula. Encontrar lo real y mágico, disipar la bruma y ver la obra de Mayra Parapar, nos abre la ventana a un mundo más allá del horizonte de la razón, parajes llenos de amantes, pueblos encantados, exuberante vegetación, animales humanizados u olvidados.

Descendiendo por El Prado, franqueado por felinos en contienda, ya percibo el aroma a sal, habitantes de Paradiso han culminado esta ruta. Ya vemos el muro de besos, cantares y escaramuzas. Escalamos la pasarela de sueños, la luz del faro deja entrever una silueta oculta a la luz del astro brioso, una ballena habita la bahía, las estrellas quieren ser fruto de las arboledas. Amanece, una mujer y su Sirénido retozan y se alejan hacia el poblado escondido. El astro despierta, hay más islas perdidas, solo sigue la senda azul.

Roberto Carril Bustamante
Diseñador gráfico, pintor, dibujante,grabador.